sábado, 4 de septiembre de 2010

LAPIDACIÓN EN IRÁN


El pasado mes de agosto fui entrevistada por internet por la joven periodista Yulliam Moncada, del diario Los Andes de San Cristóbal. Se me pedía una opinión sobre el caso de Sakined Mohammadi Ashtiani , la dama iraní presa desde el 2005 por haber cometido infidelidad, condenada además a la lapidación pública por el mismo “delito”. Esta fue mi respuesta, publicada en dicho diario el 12 del mencionado mes, en el contexto del necesario reportaje escrito por Yulliam:
No hay duda de que hay una conmoción en el mundo entero ante tal aberración que para mi tiene una doble dimensión, pues no sólo se trata de un futuro acto contra los derechos humanos, sino muy específicamente contra los derechos de la mujeres. Me parece que hoy más que nunca las luchas feministas tienen vigencia, el feminismo entendido como un abogar porque las disimetrías de género desaparezcan de la sociedad y no como odio contra los hombres. Es una lástima que se haya estigmatizado tanto un movimiento que ha logrado muchos avances a favor de las mujeres, y que por posiciones extremistas adoptadas a veces por sus militantes, se crea que ser feminista es ser resentida, fea, hombruna o lesbiana. Pensaba en el caso de la infortunada Sakined Mohammadi Ashtiani y recordaba que hace dos mil años un gran hombre defendió a una mujer que iba ser lapidada con aquella frase inmortal: "quien esté libre de culpa que lance la primera piedra". Sí, Jesucristo era feminista, pienso en su favoritismo por María Magdalena.
Un caso como este merece el llamado de atención que el mundo le está haciendo a Irán, ojalá que este país, tanto sus gobernantes como su población en pleno, se dé cuenta que con este gesto, con la vigencia de unas costumbres y unas leyes anacrónicas y salvajes, no están sino demostrando un tremendo atraso en todo los órdenes, tanto civiles como institucionales.
Venezuela tiene buenas relaciones con Irán, su gobierno ha demostrado una posición de avanzada frente al problema social, civil y penal de las mujeres como lo demuestran las reformas del Código Civil, la promulgación de leyes contra la violencia de género, con la creación de ministerios y con una notable representación femenina en puestos de poder. Ello porque, a pesar de los logros alcanzados a favor de la liberación de las mujeres y del disfrute de los derechos que les corresponden, falta mucho por hacer, prueba de ello son, para citar sólo dos ejemplos, los bajos salarios que muchas mujeres devengan en contraposición a los recibidos por los hombres o el constante acoso sexual o maltrato, incluso muertes, que se suceden a diario en contra de las mujeres por parte de los hombres de su entorno. Por ello me pregunto, ¿se ha pronunciado el gobierno sobre la lapidación en Irán? ¿Hay algún comunicado o llamado de atención por parte del presidente o de la Asamblea Nacional, presidida por una mujer, por cierto, con respecto al tema?. ¿Intercedará Chavéz a favor de Sakined Mohammadi Ashtiani? Si ya lo hizo y no me he enterado: ¡Salud presidente! Si no lo han hecho, ¿qué están esperando?
Al día siguiente de haber escrito esto me enteré por TV que el presidente Lula da Silva le había ofrecido asilo a la bella y joven Sakined, tengo entendido que sólo cuenta con 42 años y que es madre de dos hijos. Tremendo gesto, digno de emulación, sigo sin enterarme si nuestro gobierno, tan declarativo en tantas otras circunstancias, ha hecho algo al respecto. Pido, por favor, al que tenga noticias sobre esto me las haga llegar para salir del asombro en el que me tiene sumergida tan culpable silencio, sobre todo el de las mujeres del poder en este país.

(Fátima Mernissi)


De lo que sí estoy al tanto es de que la lapidación fue suspendida hasta nuevo aviso gracias a la gran presión internacional que ha generado tan escandaloso caso, y a la labor, entre otras, de Amnistía Internacional, que ha recogido firmas por internet (ya firmé desde luego) para solicitar la suspensión de semejante barbarie. Lo último que supe fue que la primera dama de Francia, Carla Bruni, fue tildada de prostituta por un diario iraní, por haberse pronunciado a favor de Sakined, ¡Vaya por Dios!... y también por Alá! Reflexionando sobre este tema recordaba a Fátima Mernissi, la catedrática marroquí experta en estudios coránicos y tenaz defensora de los derechos de la mujer, autora, además, de un delicioso libro autobiográfico, Sueños en el umbral, Memorias de una niña del harém (1994), donde evoca su infancia en Fez. Mernissi, premio Príncipe de Asturias de las Letras, 2003, ha escrito y declarado innumerables veces que el profeta Mohammad era feminista y muy progresista para su época, que el Corán para nada discrimina a la mujer con sus preceptos, que son las lecturas del poder patriarcal que tuercen el sentido del libro sagrado para justificar su sojuzgamiento y dominación, lo mismo que ha hecho por siglos el poder eclesial católico, qué casualidad, ¿no? En estas tergiversaciones de las escrituras se basa la discriminación que sufren las mujeres en los países de religión musulmana.


Si bien es cierto que también los hombres son condenados a sufrir lapidación, la mayoría de las víctimas son mujeres. Consultando un poco sobre el tema me entero de que actualmente hay ocho mujeres y tres hombres sentenciados a ser ejecutados por tan cruel método.
Irán tiene uno de los índices de ejecución más altos del mundo. En 2009 fueron ejecutadas más de 388 personas, catorce de ellas públicamente y al menos una mediante lapidación. Cinco de estas personas ejecutadas lo fueron por delitos cometidos cuando tenían menos de dieciocho años. Ocho mujeres y tres hombres siguen actualmente en riesgo de ser lapidadas en cualquier momento, y más de 135 jóvenes podrían ser ejecutados por delitos supuestamente cometidos siendo menores de edad. Desde 2002, al menos seis personas han muerto lapidadas en Irán bajo la acusación de haber cometido adulterio.
El acoso a Sakined no se ha detenido, las informaciones sobre su caso revelan que el 11 de agosto pasado se le hizo confesar ante las cámaras de televisión que había colaborado con la muerte de su marido, se presume que lo hizo bajo tortura. Otro exabrupto es la persecución de la que ha sido víctima su abogado defensor, Mohammad Mostafaei, quien se ha visto obligado a huir del país. Ante tal situación el llamado de Amnistía Internacional a la comunidad mundial y a los grupos que luchan en defensa de los derechos humanos, es el de estar atentos y en solidaridad con esta causa, porque la condena a Sakined ha sido tan sólo suspendida para su revisión, la Magistratura iraní no ha anulado la sentencia, por lo que podría ser ejecutada en cualquier momento o su condena conmutada por 99 latigazos, ¡casi nada!

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